Grupo de apoyo para Final Girls, de Grady Hendrix

Antes que nada, ¿qué es una Final Girl? En las películas de miedo, son las chicas que sobreviven y, generalmente, acaban con el asesino que se ha cargado a medio elenco de la forma más tétrica posible. Este es el tema principal de la primera novela que comentaré en mi blog, por lo que me hace especial ilusión y espero que os guste. Es bastante intensita y pasan muchísimas cosas, así que lamento si se hace algo pesado.

RESUMEN

La historia nos presenta a seis Final Girls, siendo narrada por una de ellas, Lynnette. Todas pertenecen a un grupo de apoyo especial destinado a las supervivientes de masacres. En una reunión se plantea la disolución del grupo, pero reciben una mala noticia: Adrienne, quien no había acudido, ha sido asesinada por alguien de su pasado. Tras el ataque de un francotirador en su propia casa, Lynnette empieza una huida frenética, intentando proteger a las demás a toda costa.

DESTRIPANDO LA HISTORIA (CUIDADO SPOILERS)

El grupo de apoyo está formado por Lynnette, Julia, Adrienne, Dani, Heather y Marilyn, siendo la doctora Elliot su terapeuta. La historia es contada desde el punto de vista de Lynnette, por lo que ya debemos intuir que sabremos la información que ella sepa o quiera que sepamos. Es inevitable cuando el narrador es un protagonista. Es importante destacar que Lynnette no es una Final Girl 100% verdadera. Presenció cómo masacraban a su familia y sufrió un ataque solamente clasificable como demencial, pero sobrevivió al aparentar que estaba muerta. No luchó y venció a su monstruo como el resto de sus compañeras, hecho que le mortifica durante mucho tiempo. Aunque su atentado fue hace dieciséis años, es la más temerosa y vive escondida de todo y de todos. Pero al seguir con la trama tal vez no nos parezca tan paranoica: han asesinado a Adrienne. Poco después de conocer dicha noticia, Lynnette es visitada por Julia y Russell Thorn, un periodista que dura poco pero tiene su importancia. Julia le cuenta que una de ellas está escribiendo un libro sobre el grupo. Podríamos pensar, ¿y qué más da? O al menos eso pensé. Pero se hace una reflexión en la que alguien como yo, que jamás ha pasado por nada similar (ni tengo ningún tipo de deseo de hacerlo), nunca habría pensado. Esos asesinos tienen admiradores y algunos de ellos pretenden terminar con el trabajo. Quieren eliminar a las Final Girls. Es más, todas fueron atacadas cruelmente dos veces. No es suficiente el dolor y el trauma causados con un ataque de ese calibre, sino que también sufren lo que llaman una secuela y pueden ser perseguidas por los «admiradores». Inmediatamente tras hablar sobre quién podría estar escribiendo el libro, son atacados por un francotirador que mata a Thorn y hiere a Julia. Lynnette, después de un debate interno, decide abandonar a Julia y a su querida planta de pimientos llamada Final y huir. Se esconde en la casa de la doctora Elliot, donde conoce a sus hijos Pax y Skye. Este último la ayuda a escapar, llevándola a su casa para recoger su disco duro del ordenador. Es en este punto cuando se descubre que Lynnette es quien ha escrito el libro. Escribía historias románticas de forma anónima hasta que Russell la descubrió y la chantajeó para que escribiese un libro sobre el grupo de apoyo. Ella había decidido no publicarlo, pero continuó escribiendo a modo de terapia. Todos los secretos y los pensamientos que le abordaban sobre sus compañeras están reflejados en el libro, sintiendo esta acción como una traición al resto.

Mientras tanto, Dani ha sido detenida por supuestas nuevas pruebas de su caso en su contra, separándola de su enferma mujer. Lynnette se da cuenta que alguien está persiguiéndolas a todas, por lo que decide avisarlas. Se refugia en la casa de Marilyn, donde también estaba escondida Heather debido a que su hogar fue incendiado. Nadie parece creerla, ya que la paranoia le ha perseguido desde su ataque. Pero por favor, ¡es poco probable que tantas desgracias les sucedan a todas a la vez! Lynnette ha llegado a la conclusión que quien está detrás de todo debe conocerlas bien y esa persona solo puede ser la doctora Elliot. Convence a Heather y a Marilyn de ir a por Michelle, la mujer de Dani, quien iba a morir sola en un hospital y no en su casa, como Dani le había prometido. Definitivamente, esta parte es mi favorita de la historia. Medio secuestran a Michelle, quien está tan débil que no puede ni indicarles el camino a su casa. Es por ello que se detienen en un parque, donde ella exhala su último aliento creyendo que está observando su jardín junto su esposa. Es un momento precioso en el que, aunque le mientan, muere feliz y acompañada. Sin embargo, la situación se complica cuando llega la policía para arrestar a Lynnette, avisados por Heather.

En este punto aparece Garrett, un oficial de policía con quien tengo sentimientos encontrados. Aunque fue quien salvó a Lynnette en el pasado, mantuvo una relación con ella donde claramente existía una situación de poder y abuso. Detienen a Lynnette porque han llegado a manos de la policía unas cartas que supuestamente ella le escribió a su asesino en serie Ricky. Otra vuelta de tuerca. Al parecer, mantuvo alguna correspondencia con quien terminaría asesinando a su familia y a su novio, pero todo está tergiversado. Si bien es cierto que se quejaba de su padre, nunca mantuvo relaciones sexuales con Ricky tal y como aparece en una de las cartas. Es decir, alguien ha introducido falsificaciones. Mientras está encarcelada, sucede uno de las situaciones que mayor angustia me causó y necesito incluir aquí. El policía con el trato más amable hacia Lynnette intenta matarla; es uno de sus «admiradores». Esto me hace pensar que, a veces, las personas que parecen más inocentes o que en teoría deben protegerte pueden llegar a ser las que más daño te causan y resulta prácticamente imposible prevenirlo. Si se piensa por más de dos segundos, es algo que puede sucedernos a cualquiera. Afortunadamente, Garret estaba al tanto de la obsesión de este hombre y lo detiene. Se lleva a Lynnette para entregarla a otros departamento, pero la deja en libertad ya que está convencido de que ella no ha hecho nada. Por ello Garret me cae medio bien: no se deja influenciar fácilmente y es capaz de analizar la situación. Pero me parece una persona rastrera, provechosa, arrogante, narcisista y muchísimos más adjetivos negativos. Se benefició económicamente de las desgracias de Lynnette abusando de su estado de shock y necesidad de amparo. Tampoco le da nada de comer durante el viaje que hacen en coche e incluso le quita dinero. Me alegré cuando le da una patada en los testículos y le roba el coche a modo de «coartada». Como ella misma dice: «diles que ha sido una mujer cabreada».

Tras esto, Lynnette decide ir a por Stephanie, una Final Girl adolescente que estaba siendo tratada por la doctora Elliot, con el propósito de protegerla. Consigue convencerla para marcharse con ella, pero termina siendo acusada también de secuestro. No sé por qué extraña razón decide que la mejor opción es ir a ver a Chrissy Mercer, otra Final Girl o, como es conocida, Chrissy la Loca. Esta vive con Keith, un hombre con un gran instinto asesino en plan «La matanza de Texas». Sí, una mujer que sobrevivió a un asesino en serie vive con uno. En este punto le enseña su casa, construida como un museo dedicado a los asesinos y, en la parte más espeluznante que me causó real horror, a las Final Girls. Según Chrissy, las mujeres crean vida y por ello los hombres deben quitarla, a modo de un retorcido yin yang. Otra de sus razones es que los monstruos matan a diferentes facetas de su personalidad asesinando a gente (inserte carita de incomprensión). De verdad, esta parte es para releerla una y otra vez e intentar comprender qué está pasando. Después de un descenso dantesco a los infiernos, Chrissy le revela que una persona se puso en contacto con ella para que hablase con Billy Walker, uno de los agresores de Lynnette. Le confirma que es la doctora Elliot quien va tras ellas, pues esta conocía la existencia de las cartas de Lynnette y hay correos electrónicos que le señalan. En este punto, entramos en una espiral de locura en la que Keith, alentado por Chrissy, casi mata de forma horrible a Steph. Afortunadamente (o no tanto), Lynnette la salva, terminando con la vida de la mujer y dejando malherido al asesino.

De nuevo en el coche con Steph, Lynnette lee el comic que Pax le obligó a comprarle. Aquí viene la gran revelación: en la historieta, se revela que el villano es Skye. Lynnette lo ve claro en ese momento: él tenía acceso al ordenador de su madre y todos los historiales de las chicas. Vale, tengo que reconocer que había sospechado de él en un principio. Pero entre que aparece poco tiempo y parece un chico bastante amable, lo había querido descartar. De nuevo aquí la reflexión anterior de que las apariencias son engañosas. Fíate tú de tu simpática y anciana vecina. Nunca se sabe. Steph le sugiere ir a ver a Dani, quien probablemente sepa dónde están las otras ya que todas están ignorando bastante a Lynnette. Me resultó bastante indignante que sea la única que intenta hacer algo en contra del peligro y está siendo acusada falsamente y encima perseguida. Ni apoyo encuentra en un grupo creado para eso. Finalmente, consigue convencer a Dani, quien la acompaña al Campamento del Lago Red, donde están las demás.

Cuando llegan a su destino, Lynnette sufre otra traición, ahora de parte de Steph. Nada más llegar al campamento, esta les ataca a ella y a Dani. Nuevamente, Lynnette sobrevive al hacerse la muerta. Steph se dirige al encuentro de Skye, quien ya ha comenzado con la matanza. Tras una nueva huida tratando de salvar al resto de las personas del campamento que todavía no han sido asesinadas, Lynnette y Heather consiguen noquear a Skye pero terminan acorraladas por Steph. Llega el momento en que la potencial asesina ofrece una gran explicación racional para lo que han hecho: se aman y quieren ser famosos matando, según ellos, a inútiles viejas. Vaaaaleeee. Afortunadamente, consiguen desarmar a Steph y detener la locura.

El final es realmente esperanzador: Lynnette ha superado sus anteriores fobias y consigue que se le reconozca como la mejor del grupo. Por fin le dicen algo bonito, aunque sea al final. Marilyn incluso le ha trasplantado a Final, que crece fuerte y hermosa al ser libre, hecho que enorgullece a Lynnette. Se explica que Skye fue el artífice de los asesinatos (suele ser así) porque odiaba a su madre al anteponer su trabajo a todo lo demás y Steph le seguía, aunque ella no llegó a matar a nadie. A modo de redención, visitan a Stephanie en la cárcel para darle la bienvenida al grupo de apoyo de las Final Girls. Gran zasca final.

A mi parecer, este relato resulta algo complicado en su inicio. Noticias y entrevistas entrecortan el hilo de narración para añadir más veracidad, tanta que, en ciertos momentos, dudaba si el autor estaba presentando hechos reales. Pero todo lo que aparece en el libro es una invención (tal vez se haya basado levemente en algún caso verídico, sin ofrecer detalles). Me pareció original que, en lugar de utilizar hechos acontecidos en la vida real, se tomen las tramas de las famosísimas películas slasher de hace unas cuantas décadas para construir a los personajes y sus historias.

Entrando en un modo más filosófico, podemos plantearnos la siguiente pregunta: tras sobrevivir a una auténtica desgracia, ¿cuál es la forma apropiada de seguir viviendo? Las chicas se reúnen en un grupo de apoyo común, pero cada una manifiesta su dolor y su superación de formas distintas. Mientras Adrienne había decidido ayudar a otras como ella, Heather no podía escapar de las drogas y Lynnette vivía en una paranoia constante. A pesar de sus diferencias, podemos entenderlas. Lo que vivieron no es nada fácil de dejar atrás y cada una sigue como puede. Sin embargo, es muy sencillo caer en la trampa de juzgar a Chrissy y Steph. Le dieron la vuelta a su situación apoyando a asesinos. No lo defiendo, pero siento que tampoco se les podría señalar con el dedo y acusarlas. Ellas han reconvertido su trauma en una forma de vida nada sana, pero fue otra manera de afrontar su pasado. No me parece que sean realmente malvadas, son víctimas que toman decisiones mucho más drásticas y nocivas.

Otra reflexión importante la ofrece Lynnette: en las películas, no se tienen en cuenta a las víctimas más allá de los protagonistas. Siempre se sigue al asesino, quien va dejando a su paso un rastro de vidas y sueños cuyos nombres son olvidados. Realmente, esta idea me gustó mucho, ya que es cierto tanto en el cine como en la vida misma. De hecho, es posible que el libro sea una especie de homenaje no solo a las películas slasher, sino también a los afectados. De hecho, todo el relato ofrece el punto de vista de una de ellos. El asesino a duras penas aparece en la narración y ni siquiera habla en el final cuando las persigue. Deliberadamente, es solo un atrezo necesario para el desarrollo de la historia, pero no el eje central. Aunque sea únicamente por una vez, la historia pertenece solo a las víctimas.

Puntuación: 9/10

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