El club del crimen de los jueves, de Richard Osman

  • Grande es lo mismo que pequeño, sólo que en mayor cantidad.
  • Hace años, tenían que madrugar porque había mucho que hacer y el día tenía un número limitado de horas. Ahora, madrugan porque hay mucho que hacer y la vida tiene un número limitado de días.
  • Cuando hacemos algo por primera vez, lo sabemos; pero casi nunca somos conscientes de que ha llegado la última vez.
  • Así somos los humanos. Somos amables y atentos, en líneas generales.
  • Cuando todo el mundo tiene mucho donde elegir, es más difícil que te elijan a ti. Y todos queremos que nos elijan, ¿no?

RESUMEN

En un exclusivo complejo privado para jubilados, cuatro amigos se reúnen semanalmente para tratar de esclarecer casos antiguos que quedaron por resolver. Sin embargo, cuando menos se lo esperan, se ven envueltos en un asesinato real, el del ex constructor del complejo. El inesperado grupo de detectives aficionados tendrá su primera oportunidad para poner en práctica sus capacidades deductivas y demostrar que no solo son unos cuantos octogenarios sin recursos.

DESTRIPANDO LA HISTORIA (CUIDADO SPOILERS)

En la sala de los puzles se reúnen los jueves cuatro amigos muy dispares. Elizabeth, aunque no lo comenta abiertamente, fue espía y no ha podido abandonar sus viejos hábitos. Gracias a ello, medio mundo (sin exagerar) le debe favores que va cobrándose. Ron fue un sindicalista realmente convencido y todavía aun entra en batallas simplemente por llevar la contraria. Ibrahim, por su parte, es un psiquiatra calmado que analiza hasta el exceso cualquier situación. Finalmente, Joyce, una enfermera y la última incorporación, es la típica persona capaz de lidiar con cualquier problema utilizando su poder de mediación. También se nos presenta a Penny, una de las primeras integrantes y ex policía, quien ha sido ingresada en los Sauces, lugar donde los habitantes del complejo terminan antes de morir. Solamente la conocemos sedada, siendo continuamente visitada por su mejor amiga, Elizabeth.

La chicha de la historia comienza cuando encuentran asesinado a Tony Curran junto una misteriosa foto. Era el anterior constructor del complejo Cooper Chase y poco antes de encontrar su cadáver se le vio discutir con el promotor, Ian Ventham, quien lo despidió. Este pretende derribar un cementerio de monjas para expandir el complejo, pero también muere tras encontrar resistencia por parte de los residentes justo cuando iban a empezar las obras. Estos dos asesinatos son investigados tanto por los policías Chris y Donna como por el grupo de ancianos detectives. Además, se encuentra un cadáver fuera de cualquier ataúd enterrado en el cementerio. Aunque su muerte ocurrió hace aproximadamente unos cuarenta años, es otro misterio a resolver.

No lo voy a hacer muy largo. El autor va plantando semillas de confusión y personajes con cierto aire de misterio para orientar al lector hacia pistas demasiado falsas. Por ejemplo, sospechas del «enamorado» de Joyce, Bernard, quien últimamente es acechado por una extraña melancolía. Sin embargo, todo se debe a la muerte de su esposa y que mintió a su hija acerca del destino de sus cenizas. De hecho, no nos enteramos del origen de su depresión hasta que se suicida y deja una carta a Joyce. Por otra parte, también tenemos a un extraño y misterioso cura, el padre Mackie, quien estaba muy interesado en mantener el cementerio, aunque se termina descubriendo que en él estaban enterrados su viejo amor y su hijo no nacido. En cuanto a la fotografía que encuentran junto el cadáver de Curran, es otra pista falsa que nos deriva hacia el hijo de Ron y un actual florista. A pesar de todos los posibles sospechosos, siento que el autor se sacó de la manga la explicación. Los casos no están relacionados, lo cual no lo esperaba. Bogdan, el nuevo constructor, le confiesa al marido de Elizabeth que él mató a Curran por venganza, ya que este fue el culpable del asesinato de un taxista inocente conocido suyo. Por otra parte (y esta es la justificación que me supo a poco e imposible de deducir), el marido de Penny, John, fue quien mató a Ventham. Hacía muchos años, una joven fue asesinada por su pareja, quien quedó libre. Pero Penny sabía lo que había hecho, así que lo mató y lo enterró en el cementerio. Cuando ya estaba muy débil por su enfermedad, se lo reveló inconscientemente a su marido quien, por protegerla, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que no se descubriese su secreto, incluso matar a quien quisiese excavar en el cementerio. Al verse descubierto, John le inyecta a su mujer algún químico para que no despierte nunca y él se suicida.

Ha sido una lectura amena, exponiendo situaciones divertidas, especialmente aquellas abordadas por los ancianos, sobreactuando su propias dificultades para conseguir sus propósitos. Otro momento que disfruté es la confesión de Bogdan a Stephen, el esposo de Elizabeth. Stephen, a pesar de su demencia, le pregunta abiertamente a Bogdan si él mató a Tony Curran y este lo reconoce. Nadie más lo descubre en el libro, solo un hombre a quien los años le han arrebatado su mente. Me gustó que únicamente él pudiese descubrirlo, cuando nadie se lo esperaría. Otros momentos tiernos fueron la mezcla de las cenizas de Bernard con su mujer, a modo de continuar con un amor eterno, o la impotencia que siente Elizabeth al descubrir el secreto de su amiga Penny. Sin embargo, hay otros aspectos que disfruté más bien poco, como la explicación al asesinato de Ventham. Nunca lo habría hilado. Es cierto que el club iba a tratar el caso de la chica por quien Penny mató a ese hombre, pero es que no se vuelve a nombrar, no hay forma de unir los puntos, o eso creo yo. Si alguien lo ha podido hacer en algún momento de la novela, agradecería que me indicase dónde porque fue un poquito frustrante. Puedo aceptar que Elizabeth tire de hilos y consiga información de forma totalmente ilegal y sin dar mucha explicación, pero que no se pueda sospechar ni un poquito de John me provocó cierta sensación de desapego con la historia, ya que te das cuenta de que realmente no te involucra.

Sé que dejo algunos temas sin tocar, como los asesinatos anteriores cometidos por Tony o el posible amorío de Chris con la madre de Donna, pero es que no he llegado a empatizar fuera de la historia principal. Por tanto, no creo que pueda darles la explicación que merecen. Aun así, opino que es un buen libro y lo recomendaría, aunque fuese solo por la frescura que aportan los ancianos.

Puntuación: 8/10

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